Por Ricardo Gandara | Corresponsal
El legado del Obispo emérito, John McCarthy está en acción en una casa en construcción en Farrell Glen Drive en el este de Austin. Ahí, un grupo de voluntarios soportan el sofocante calor para realizar la 23ra. casa de la Diócesis de Austin destinada para una familia necesitada.
Bajo el liderazgo de Tom Helmer y Doug Raymond, los voluntarios, algunos con algo o nada de experiencia en construcción, han tomado la monumental empresa de construir una casa. Ellos trabajan junto con voluntarios en todos los aspectos de la construcción: el enmarcado, los techos, las paredes, la pintura, el cortar madera, hacer hoyos e instalar puertas, ventanas y tablaroca. Trabajadores por contrato con licencia son empleados para hacer el trabajo eléctrico, de plomería y aire acondicionado. Helmer y Raymond supervisan, enseñan y animan.
“Un corazón dispuesto es la única habilidad requerida,” dijo Helmer.
“Cada sábado, el Espíritu Santo trae consigo a las personas correctas para hacer bien las cosas,” dijo Raymond. Con esa fe, una casa es construida durante un periodo de 10 semanas una y otra vez.
La oración ocupa un lugar en cada construcción, y se hacen lazos entre los voluntarios. Los abrazos son algo común, dicen Helmer y Raymond. La asociación de la diócesis con Habitat for Humanity se trata de construir comunidad. Y esa comunidad no es definida como una subdivisión. Se trata de vecinos ayudando a vecinos.
Helmer dijo que es particularmente conmovedor ver a los niños de los nuevo dueños del hogar, el día de la dedicación.
“Siempre se trata de ver a los niños en las familias, verlos entrar en una casa para ver su cuarto. Sus vidas cambian. Para nosotros, es cambiar a la sociedad familia por familia,” dijo.
Helmer y Raymond son el tipo de líderes que el Obispo McCarthy ima-
ginaba cuando tomó el proyecto en 1998. Trabajar en conjunto con Habitat for Humanity, voluntarios y parroquianos lado a lado con los dueños de los hogares potenciales para hacer el sueño de tener un hogar una realidad. A través de Habitat for Humanity, los propietarios de los hogares pagan una hipoteca asequible, reciben educación financiera y ayudan a construir sus casas al lado de los voluntarios.
El Obispo McCarthy, quien falleció el pasado agosto, usó inicialmente fondos diocesanos para pagar por las primeras tres casas. El buscó el interés en los parroquianos, para encontrar gente como Helmer y Raymond que tomaran la estafeta y lideraran a otros en el esfuerzo. El obispo vio el esfuerzo voluntario como una manera de ayudar a los pobres.
Muchas parroquias han dado la bienvenida a la misión: St. Helen Parish en Georgetown, St. Patrick Parish en Hutto, St. Catherine of Siena, St. Albert, St. John Neumann, St. Thomas Moore y St. Vincent de Paul parishes en Austin y miembros de los Caballeros de Colón han proveído de voluntarios y fondos para construir hogares.
El esfuerzo comunitario no sólo se queda en las parroquias. Grupos universitarios de la University of Texas y St. Edwards’ University y corporaciones envían voluntarios rutinariamente.
Para Raymond y Helmer, el trabajo misionero es extremadamente gratificante. Helmer ha sido parte de los esfuerzos desde el comienzo. Raymond se unió en 2001, convencido por Helmer mientras que ambos trabajaban en IBM.
“Ha sido la mejor experiencia gerencial que he tenido,” dijo Helmer. “Como líder de sitio, me aseguro de que los voluntarios permanezcan comprometidos. Si un voluntario no regresa, has fallado. Quieres que sea una experiencia enriquecedora para ellos”.
Es un trabajo recíproco, dijo Raymond mientras recordaba un momento cuando estaba poniendo el techo en una casa hace varios años.
“Una mujer se balanceaba de lado a lado en pequeñas vigas. Vi que la etiqueta de su nombre decía ‘Hermana Teresa’. Resultó que era la Hermana Teresa George quien, en ese momento era la Oficial Ejecutiva en Jefe de Dell Children’s Medical Center,” dijo Raymond.
Mucho sucede más allá del cavar hoyos y el martillar clavos, dijo Helmer.
“Hemos tenido voluntarios que se conocen en lugares de trabajo y eventualmente se casan,” dijo. Mientras que el construir una casa a base de voluntarios es un milagro en si mismo, no es un sistema perfecto. Se necesitan más voluntarios. Helmer y Raymond quisieran que más parroquias se involucraran. Y más líderes de parroquias locales son necesitados.
“Necesitamos quien abogue por nosotros en una parroquia, y nosotros haremos el resto,” dijo Helmer.
En particular, Raymond dijo que proveer del almuerzo para los voluntarios durante días de trabajo, incluyendo el sábado, es necesario.
“Nos gustaría ver que más parroquias se involucraran proveyendo de almuerzos para los voluntarios,” dijo. Las parroquias pueden involucrarse uniéndose a la página de Facebook, dejando un mensaje.
Los voluntarios están igualmente entusiastas sobre ayudar.
“Vine aquí a servir como voluntario, pero también se trata de las amistades que formamos,” dijo Joe Broz de St. Catherine of Siena Parish que va en su 12va casa. “Tenemos una hermandad de 10 o 15 hombres”.
Linda Mikolajek, una parroquiana de St. Thomas More en Austin, comenzó voluntariando en 2013.
“Sí, se pone caluroso, pero nos da gran gozo servir a otros. Es divertido. Aunque mi esposo Jeff y yo estamos retirados, él piensa en esto como su trabajo. No le gusta llegar tarde,” dice.
La dedicación de la última casa en 6516 Farrell Glen está programada para el 27 de julio. Se comenzará construcción de nuevo en enero. Para mayor información sobre la Cons-
trucción Católica, vaya a Facebook y busque “Bishop John McCarthy Memorial Build” o visite www.
austinhabitat.org/catholicbuild.