Es esencial notar que la Ley Eclesiástica funciona un poco diferente de la ley en los Estados Unidos. La ley, en general, sirve para mantener estándares mínimos y puede animar acciones particulares. La Ley Eclesiástica nunca obliga a una persona a realizar algo imposible.
El domingo es siempre una celebración del Misterio Pascual completo, incluyendo la resurrección de Jesucristo. Es, por esta razón, que la comunidad de fieles se reúne. El Catecismo de la Iglesia Católica reitera el precepto de la obligación Dominical, notando excepciones:
La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana.
Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto,
a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños o dispensados por su pastor propio).
Los que deliberadamente falten a esta obligación, cometen un pecado grave. (CCC 2181)
Durante el domingo y las otras fiestas de precepto, los fieles se abstendrán de entregarse a trabajos o actividades que impidan el culto debido a Dios. (CCC 2185) Cada cristiano debe evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor. (CCC 2187). La obligación no es moralmente vinculante cuando es imposible de ser observada.
“Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en la celebración Eucarística se recomienda vivamente que los fieles participen en la liturgia de la palabra, si esta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar sagrado conforme a lo prescrito por el obispo diocesano, o permanezcan en oración durante un tiempo conveniente, solos o en familia o, si es oportuno, en grupos de familias (CCC 2183 citando canon 1248.2).
¿Qué puede hacer un Católico en domingo? Existen numerosas opciones, incluyendo: