Le pido al pueblo de la Diócesis de Austin que se unan a mí en oración mientras lamentamos la pérdida de vidas en el tiroteo escolar de hoy en Uvalde, Texas. Estoy profundamente entristecido por este trágico evento que cobró la vida de tantos niños inocentes y sus maestras. Mis oraciones están con todas las víctimas, sus familias, amigos y toda la comunidad de Uvalde.
Por la intercesión de Nuestra Señora de los Dolores, que el infinito amor y misericordia de Dios conceda fuerza a los que sufren, sanación y consuelo a los heridos, y paz a todos los afligidos.