Editora: Obispo, durante las próximas entrevistas, discutiremos los siete sacramentos de la iglesia. Comencemos con la definición de un sacramento.
Obispo Vásquez: Un sacramento es un signo visible instituido por Cristo que confiere o da una cierta gracia correspondiente a su signo, por ejemplo, agua en el bautismo es una señal de limpieza. Como Católicos, celebramos siete sacramentos: bautismo, confirmación, Eucaristía, reconciliación, matrimonio, santas órdenes y la unción de los enfermos. Recibimos la vida de Dios a través de estos siete sacramentos, y es por ello que significan tanto para nosotros los Católicos. Ellos cambian corazones, nos mueven, inculcan la vida de Dios en nosotros y nos hacen compartir de la vida Divina de Dios. Los sacramentos nos dan la gracia que nos permite hacer la voluntad de Dios. Los sacramentos son muy poderosos por que nos conectan directamente a la maravillosa vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús. Ellos nos dan la oportunidad de encontrar a Cristo.
Los sacramentos son encuentros eficaces que hacen un cambio en nosotros y en el mundo por el poder de Dios, no por nuestro poder. Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, “Los sacramentos son signos eficaces de gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, por los que la vida divina se nos dispensa. Los ritos visibles por los cuales los sacramentos son celebrados, significan y hacen presente las gracias propias a cada sacramento. Ellos dan fruto a aquellos quienes los reciben con las disposiciones requeridas”.
Editora: ¿Cuál es el origen de los siete sacramentos?
Obispo Vásquez: Cristo mismo nos ha dado los sacramentos. Cuando leamos la Escritura, veremos que los sacramentos fueron instituidos por Cristo. Por ejemplo en el Evangelio de Mateo, leemos que Jesús es bautizado por Juan en las aguas de Río Jordán. Cuando Jesús es bautizado, El Espíritu Santo desciende como una paloma y Dios dice, “Este es mi Hijo muy Amado, en quien tengo mis complacencias”. Por lo tanto, Jesús nos da un ejemplo de santidad conferida a través de los sacramentos.
Los sacramentos fueron dados a nosotros por Cristo; a la iglesia se le ha confiado que cuide de los sacramentos ¡Son nuestro más grande tesoro!
Editora: Por favor, denos un poco de información sobre cada uno de los siete sacramentos.
Obispo Vásquez: En el sacramento del bautismo, somos inmersos en agua o el agua es derramada sobre nuestras cabezas y somos bautizados “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. A través de este sacramento, nos unimos con Cristo. El Pecado Original es lavado, nos convertimos en hijos e hijas de Dios, y somos bienvenidos en la Iglesia. Vivimos nuestro bautismo diario. Como recordatorio de nuestro bautismo, cuando vamos a Misa, lo primero que hacemos es mojar nuestras manos en el Agua Bendita (agua bautismal) y nos bendecimos.
El sacramento de la confirmación confiere el don del Espíritu Santo cuando el obispo unge al individuo y dice, “Recibe por esta señal al Espíritu Santo”. En el bautismo, nos unimos con Cristo a través del poder del Espíritu Santo. En la confirmación, como los apóstoles en Pentecostés, somos consagrados y sellados para la misión y el servicio por el don del Espíritu Santo. Los dones de la presencia del Espíritu Santo son sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad y temor del Señor, los cuales nos ayudan a vivir una vida Cristiana todos los días.
El sacramento de la Eucaristía nos permite compartir en la pasión de Jesús, en su muerte y resurrección. Cada vez que participamos en el santo sacrificio de la Misa, recibimos a Jesucristo mismo. Cristo está verdaderamente presente en la Eucaristía – cuerpo, sangre, alma y divinidad. Nunca debemos dar por sentado este sacramento, ya que cada celebración de la Eucaristía conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo por las cuales damos gracias a Dios. Este don de la presencia real de Cristo nos nutre y nos fortalece para vivir vidas transformadas.
El sacramento de la reconciliación también conocido como confesión o penitencia. Todos cometemos errores; todos pecamos. Fallamos en vivir de acuerdo a nuestro llamado bautismal Cristiano. Pero a través de este sacramento, Dios nos da la oportunidad de alejarnos del pecado, pedir perdón y, de nuevo, regresar a la vida Cristiana con fuerza renovada. Después de confesar nuestros pecados al sacerdote, él nos absuelva a través de la misericordia y el perdón de Dios y nos reconciliamos con Dios y con la iglesia.
El sacramento del matrimonio es un gran don de Dios que es atestiguado a través del amor entre un hombre y una mujer. Es la gracia de la presencia de Cristo la que permite que un hombre y una mujer se unan en el amor marital de una entrega total de su ser. El matrimonio revela el amor de Cristo que se entrega por su iglesia. El amor de Cristo por su novia, la
iglesia, es un gran misterio, como diría San Pablo. Así que es un hermoso don el observar cuando Dios llama a una mujer y a un hombre a unirse y formar una familia con Cristo como su base.
El sacramento de las órdenes sagradas es la continuación del sacerdocio de Jesucristo. A través de este sacramento, los hombres son ordenados a servir en la iglesia como diáconos, sacerdotes y obispos. Estos hombres so llamados específicamente por Cristo para servir a la gente de Dios y para llevarlos aún más cerca de Dios. Este sacramento configura al hombre dentro de Cristo, para que Cristo esté verdaderamente activo y presente a través de aquellos que han sido ordenados.
El sacramento de la unción de los enfermos nos ayuda a encontrar fuerza en la gracia de Dios para sobrellevar nuestras enfermedades. Nos conforta, y confirma que Cristo está con nosotros incluso en nuestras enfermedades, especialmente mientras envejecemos. Cristo está con nosotros, y nos da la gracias que algunas veces nos devuelve la salud.
Editora: ¿Cómo obtenemos los sacramentos? No los ganamos ¿correcto?
Obispo Vásquez: Los sacramentos son un regalo puro y como tal, nunca podremos ganarlos. Son gracia, lo que significa que nos son dados generosamente, abundantemente por Dios por que nos ama. Cada vez que recibimos un sacramento, estamos recibiendo lo mejor por que es la vida de Dios derramada en nuestros corazones.
Dios nos bendice abundantemente a través de los sacramentos. Dios siempre ofrece la gracia a través de los sacramentos; sin embargo, debemos ser capaces de cooperar con el don de Dios. Como tal, debemos estar preparados para recibir los sacramentos, mientras venimos con humildad y en pobreza ante el Señor buscando su misericordia, su bondad y su gracia. Dios desea bendecirnos con su vida; Él desea darnos su gracia a través de los sacramentos.
Editora: ¿Son los sacramentos nuestro boleto al cielo? ¿Son píldoras mágicas?
Obispo Vásquez: Nunca debemos de ver los sacramentos como premios o trofeos que ganamos ¡No! los sacramentos son verdaderos encuentros con Cristo; nos ayudan a cultivar nuestra relación con el Señor, la cual es la relación más importante que tendremos jamás. Los sacramentos afectan cada aspecto de nuestras vidas. Nuestros corazones son permeados por las gracias que recibimos en los sacramento; por lo tanto, nuestras vidas mismas dependen de ellos. Necesitamos los sacramentos por que de otro modo, nuestras vidas estarían incompletas.
Editora: ¿Cuál es su oración por aquellos que están recibiendo los sacramentos este año?
Obispo Vásquez: Oro por que aquellos que participan en los sacramentos encuentren gran gozo, amor y apreciación por ellos. Por que tengamos un verdadero deseo y anhelo de celebrar los sacramentos de manera digna para que podamos experimentar la gracia de ser la gente que Dios desea que seamos.