Editora: Obispo, este marzo celebramos el noveno aniversario de su instalación como obispo de Austin. Platíquenos sobre el estado de esta diócesis ¿Qué está pasando justo ahora?
Obispo Vásquez: La Diócesis de Austin es extremadamente bendecida. La iglesia aquí en el centro de Texas está viva y triunfando. Continuamos experimentando tremendo crecimiento y desarrollo a lo largo de nuestra diócesis, no sólo aquí en Austin, sino también en el área de Temple-Waco y en el área de Bryan-College Station. Justo antes de morir, el Obispo John McCarthy y yo tuvimos una conversación sobre el abundante crecimiento del que hemos sido testigos desde que él fue instalado como obispo en 1986. Fue interesante escucharlo hablar sobre los cambios que él había atestiguado durante su tiempo aquí.
Lo que más me impresiona es el gran amor, devoción y fe de nuestra gente en la Diócesis de Austin. Nuestro mayor don es nuestra gente; que ama a Cristo, que ama a la iglesia, que sirven, que son fieles, quienes semana tras semana están comprometidos a servir a Dios y a su iglesia. A comienzos de febrero, celebramos la Diocesan Catholic Youth Convention en Waco. Qué bendición fue tener miles de nuestros adolescentes para celebrar su fe Católica juntos. Estamos bendecidos de tener sacerdotes destacados que llevan a Cristo a los demás, especialmente a través de los sacramentos, de la predicación y el cuidado pastoral. Nuestro clero y hombres y mujeres religiosos sirven generosamente y trabajan diariamente para llevar a otros hacia Cristo.
Desde el año pasado, nuestra iglesia ha estado sufriendo. Este ha sido un tiempo doloroso mientras enfrentamos la crisis del abuso sexual. Sin embargo, Cristo prometió estar con su iglesia siempre y yo continúo encontrando a Jesús a nuestro alrededor.
Editora: ¿Cómo ha usted visto a la diócesis cambiar durante los últimos nueve años?
Obispo Vásquez: Nuestra diócesis ha crecido ciertamente durante los últimos nueve años. Un signo de esto es el número de iglesias nuevas y expandidas, edificios catequéticos y centros de actividad parroquial que han sido construidos. El número de nuevos eventos –– es también un signo de nuestro crecimiento. Ahora tenemos una conferencia para hombres (llevada a cabo en febrero) y una conferencia para mujeres (realizada en septiembre). Nuestros hombres y mujeres quieren fortalecer su fe; quieren vivir su fe bien, y pasarla a sus niños y a la próxima generación.
El número de confirmaciones también se ha incrementado en comparación a cuando llegué. Actualmente, estoy celebrando anualmente cerca de 100 liturgias de confirmación. De acuerdo con nuestras estadísticas diocesanas, en 2009 había 4,308 jóvenes confirmados; en 2017, 5,668 jóvenes fueron confirmados ¡Eso es un incremento substancial! La Diócesis de Austin fue bendecida por unos años con la asistencia de nuestro Obispo Auxiliar Daniel Garcia, pero ahora, con su partida, tendré que delegar algunas confirmaciones a pastores.
Hay ahora más de 200,000 estudiantes universitarios en nuestra diócesis, lo que significa que nuestros programas de ministerio universitario también han crecido substancialmente durante las últimas décadas. Tenemos programas exitosos ahora en Texas A&M University en College Station, La University of Texas en Austin, Baylor University en Waco y Texas State University en San Marcos así como en St. Edward’s University en Austin, Mary Hardin Baylor en Belton, Blinn College en Brenham y Southwestern University en Georgetown.
También estamos bendecidos con una gran diversidad cultural en el Centro de Texas. Tenemos personas checas, alemanas, polacas, mexicanas, africanas, vietnamitas y coreanas que han estado aquí por muchas generaciones. Ellos, por supuesto, comparten su cultura con nosotros; disfrutamos su comida, su música y sus celebraciones. Más recientemente hemos tenido otras culturas que se están mudando aquí y mostrando la belleza de su fe Católica. La comunidad hindú aquí en el Centro de Texas está muy comprometida con la iglesia y muy involucrada. La comunidad filipina también está triunfando mientras vemos las celebraciones de Simbang Gabi durante el Adviento. Todas estas culturas juntas ayudan a que la fe crezca y se enriquezca.
Editora: ¿Ahora considera a Austin su hogar?
Obispo Vásquez: Sí, la diócesis de Austin es definitivamente mi hogar. Mi corazón está aquí con la gente de esta diócesis. Soy bendecido de verlos crecer en la fe, lo que ha animado a mi fe grandemente. Los sacerdotes, diáconos, religiosos y gente laica han enriquecido mi fe y me han fortalecido. Ellos me dan esperanza y son mis amigos. Juntos, somos discípulos en el Señor Jesús, que es lo más importante. Estamos todos siguiendo al mismo Señor y Salvador, Jesucristo, y compartiendo su Buena Nueva con los otros.
Me da gran alegría visitar nuestras parroquias y celebrar Misa con la gente. Amo ver los rostros de nuestra gente que ama a Dios de manera obvia. Ellos saben que Dios está presente; y sí, puede que tengan dificultades en casa, puede que estén enfrentando una enfermedad o buscando trabajo y aún así vienen con sus familias a encontrar fortaleza en la celebración de la Eucaristía. Vienen con sus niños por que quieren pasar su fe a otros. Como San Juan Pablo II nos recuerda, “La iglesia recibe su vida de la Eucaristía”.
El sacrificio de la Eucaristía es la “fuente y cumbre de la vida Cristiana”.
Editora: ¿Cuáles son sus esperanzas y oraciones por la diócesis?
Obispo Vásquez: Espero que la iglesia en el Centro de Texas se regocije en las abundantes bendiciones que Dios nos ha dado e invite a otros a participar en esta grande y dinámica fe Católica. Que continuemos pasando el gran tesoro de la fe que se nos ha dado para que otros se beneficien del amor de Dios. Mientras comenzamos la temporada de Cuaresma, oro por que confiemos nuestro ser a Dios. También volteo hacia María, nuestra Madre, y pido su intercesión, su ayuda, su amor. Que la Iglesia Católica, y en particular la Diócesis de Austin, continúen floreciendo en el amor de Cristo.