Editora: Señor Obispo, durante el miércoles de ceniza, el cual es el 14 de febrero de este año, comenzaremos la temporada de Cuaresma ¿De qué se tratan esos 40 días?
Obispo Vásquez: La temporada de la Cuaresma se trata sobre renovación y conversión para aquellos de nosotros que ya somos Cristianos, y se trata de dar la bienvenida a nuevos Cristianos a la iglesia a través de los sacramentos de la Pascua. La Cuaresma es un tiempo para que seamos renovados espiritualmente y para enfocarnos de nuevo como Cristianos y Católicos. Veo a estas seis semanas anteriores a la Pascua como una gran oportunidad para que Dios derrame sobre nosotros su gracias y amor y para que hable a nuestros corazones.
Uno de los retos para nosotros es que estamos muy ocupados. Muchos de nosotros hemos comenzado a ver la Cuaresma como otra carga, o algo más que tenemos que hacer. Sin embargo, la Cuaresma es un tiempo para examinar nuestros corazones y para permitir que Dios nos toque y nos transforme. La Cuaresma nos prepara para entrar al gran misterio de la vida, la muerte y la resurrección de nuestro Salvador, Jesucristo. Al hacerlo así, Dios desea hacernos más como su hijo, para que podamos experimentar su gracia y su vida más plenamente como Católicos y Cristianos.
Editora: ¿Cuáles son los tres pilares de la Cuaresma?
Obispo Vásquez: Los tres pilares de la Cuaresma son la oración, el ayuno y el dar limosna o caridad. Jesús discute éstos tres pilares en la lectura del Evangelio de Mateo el cual escuchamos durante el Miércoles de Ceniza. Ayunar, orar y dar limosna son las maneras en las cuales Dios trabaja en nuestros corazones para convertirnos. Todos los tres se complementan uno a otro y son necesarios para experimentar verdaderamente las bendiciones de la Cuaresma.
El ayunar puede relacionarse a la comida o puede tener un componente espiritual. Podemos ayunar de ver televisión, o abstenernos de usar nuestros teléfonos durante ciertas horas del día. Esto nos ayuda a estar más sintonizados con Dios y su voz. El ayunar de ver televisión, de interactuar con los teléfonos inteligentes, los medios sociales, los video juegos o ciertas comidas o bebidas puede ayudarnos a volver hacia Dios y a no depender de ellos, y en su lugar, depender de Dios. Él es la fuente de vida que nos nutre y nos sostiene.
El orar significa pasar más tiempo escuchando a Dios, y el silencio es un elemento importante para la oración por que le permite hablar. El ayunar y orar en muchas maneras van juntos por que el ayuno de comida, bebida u otras distracciones nos permiten tener más tiempo que pasar en oración y enfocarnos en Dios.
El dar limosna nos reta a dar a los pobres y a cuidar a aquellos necesitados. En nuestra diócesis, hacemos esto a través de Caridades Católicas del Centro de Texas y de la Sociedad de St. Vincent de Paul. El dar limosnas puede tomar la forma de visitar a aquellos que están en el hospital o a aquellos que no pueden salir de casa. El simple gesto de pasar tiempo con alguien que puede que esté enfermo o confinado a su hogar, puede ser una bendición.
Editora: El miércoles de Ceniza cae en el Día de San Valentín. Así que un día que típicamente se llena de chocolate será un día de ayuno y abstinencia ¿Qué significa esto?
Obispo Vásquez: El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia. Ayunar significa voluntariamente negarnos algo a nosotros mismos. Esto puede significar comidas más pequeñas, o comer de manera más simple durante el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. La abstinencia significa renunciar a algo completamente. Renunciamos a un poco de comida y no comemos carne para recordarnos a nosotros mismos del maravilloso acto de amor al que Jesús estuvo dispuesto a someterse por nosotros.
Todos nosotros nos hemos de abstener de comer carne los Viernes de Cuaresma. Antes del Segundo Concilio Vaticano, muchos de nosotros recuerdan que cada Viernes a lo largo del año era un día de abstinencia. Algunas personas han retomado esta práctica de manera personal como un pequeño sacrificio para recordarse a ellos mismos del
sacrificio amoroso que Jesús hizo por nosotros. Él recibió la cruz como un acto de amor para salvarnos. Cada viernes, particularmente los viernes de cuaresma, nos sirven como un recordatorio del Viernes Santo; siendo ésa la razón por la que tenemos éstas prácticas.
Editora: ¿Cuál es su oración mientras nos preparamos para entrar en la temporada de Cuaresma?
Obispo Vásquez: Primero, oro por que nuestros catecúmenos que se encuentran preparándose para celebrar los sacramentos de iniciación durante la Vigilia Pascual. Por que experimenten nuestro amor y apoyo. Oro por que la temporada de Cuaresma sea un tiempo de conversión y renovación lleno de gracia que nos prepare para celebrar al Cristo Resucitado. Todas estas prácticas espirituales y físicas que realizamos durante la Cuaresma no tienen un fin por si mismas. Existen para preparar nuestros corazones y espíritus para entrar verdaderamente dentro del gran misterio de la Resurrección. Con la ayuda de Dios y su gracia, la Pascua será una experiencia gozosa por todas estas cosas a las que renunciamos voluntariamente o practicamos durante la Cuaresma. Mi oración es que todos nosotros experimentemos renovación, para que podamos recibir la gran temporada de la resurrección con Aleluya y gozo en nuestros corazones.