Editora: Señor Obispo, estamos continuando una serie de entre-
vistas sobre los sacramentos. Este mes hablamos sobre la confirmación ¿Qué es el sacramento de la confirmación?
Obispo Vásquez: A través del sacramento de la confirmación estamos “más perfectamente unidos a la Iglesia” y se nos da “una fuerza especial del Espíritu Santo,” de acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica. En nuestro bautismo recibimos el don del Espíritu Santo, pero con el sacramento de la confirmación ese don es confirmado o fortalecido.
La confirmación es uno de los tres sacramentos fundamentales o sacramentos de iniciación que nos hacen Católicos: bautismo, Eucaristía y confirmación. La secuencia de los sacramentos debería ser bautismo, confirmación y entonces Eucaristía. Sin embargo, la secuencia para la Iglesia Latina es que la confirmación sigue después de la Eucaristía, por lo tanto, en la Diócesis de Austin, la mayoría de jóvenes Católicos son confirmados como adolescentes, usualmente en el grado noveno o décimo. Las personas no bautizadas que son traídas a la Iglesia Católica reciben el bautismo, entonces la confirmación y entonces la Eucaristía. Una vez que estos tres sacramentos han sido celebrados, el que los recibe es un miembro completo de la Iglesia Católica con todos los derechos y las responsabilidades que ello trae consigo.
En nuestra confirmación, somos fortalecidos para dar testimonio de Jesucristo en el mundo. Sostenidos por los dones del Espíritu Santo, hemos de salir al mundo y ayudar a que otros conozcan el gozo del Evangelio y la Buena Nueva de nuestra salvación.
Editora: ¿Cuál es la relación entre la confirmación y los dones del Espíritu Santo?
Obispo Vásquez: Los Evangelios hablan sobre el bautismo de Jesús mientras que sale de las aguas del Jordán, cuando el Espíritu Santo desciende sobre Él. Él es entonces lleno del Espíritu Santo y desde ese momento es ungido para completar la misión de Dios de salvar al mundo. Cuando escuchamos la palabra “Cristo,” la mayoría de la gente piensa que eso es parte del nombre de Jesús. Pero es más como un título. Jesús el Cristo sería más apropiado. La palabra Cristo viene de la palabra griega “christos” que significa el ungido. En nuestra confirmación mientras que somos ungidos con el Santo Carisma, somos fortalecidos por el Espíritu Santo y enviados, tal como Jesús, a proclamar la Buena Nueva y continuar el trabajo de Cristo. El Espíritu imparte dones para que podamos vivir como fieles Cristianos. Los siete dones que conocemos tradicionalmente son sabiduría, entendimiento, conocimiento, consejo, piedad, fortaleza y temor de Dios.
Editora: Cada año, usted viaja alrededor de la diócesis para celebrar el sacramento de la confirmación con miles de jóvenes ¿Cómo es estar con la juventud de la diócesis?
Obispo Vásquez: Celebrar el sacramento de la confirmación con nuestra juventud es muy emocionante para mí. Típicamente, los jóvenes pueden estar un poco intimidados por mi presencia por que usualmente pregunto alguna cuestiones básicas sobre su entendimiento sobre el sacramento de la confirmación. Esto me ayuda a saber que los jóvenes están preparados para recibir el sacramento. Nuestros jóvenes que están emocionados sobre su fe Católica y que toman en serio su llamado a vivir su fe Cristiana como discípulos de Nuestro Señor Jesús, me inspiran.
En un tiempo en el que hay tantas distracciones de la fe y tanta gente joven se encuentra cuestionándose o dudando de su fe, me anima ver que hay muchos jóvenes que son apasionados en su fe. Algunas veces recibo cartas de jóvenes que me dicen por qué quieren ser confirmados y estoy muy impresionado con su sinceridad y amor por la Iglesia y los sacramentos. Ellos aman su fe Católica y quieren vivirla bien. Debo felicitar a los padres, los catequistas, los ministros juveniles, los sacerdotes, diáconos y religiosos que están enseñando a los jóvenes sobre su fe. Están trabajando duro para formar la próxima generación de la Iglesia.
Editora: ¿Cuál es el papel del patrocinador en la confirmación?
Obispo Vásquez: El papel del patrocinador es acompañar al joven o al candidato mientras que recibe el sacramento de la confirmación. Este es un compromiso de por vida. Muchos puede que lo vean como un gesto
amable hacia un amigo o pariente, pero ser patrocinador significa comprometerse a caminar con el candidato por el resto de nuestra vida. El patrocinador debe servir como un modelo de fe. Él acompaña a quien se confirma en el viaje de fe, caminando a su lado – no adelante ni detrás de él. El patrocinador ofrece ánimo, apoyo y oración. Un buen patrocinador también apoya a los padres y ayuda al joven Cristiano a vivir su fe Católica.
Editora: Muchos tratan a la confirmación como el final de su educación religiosa. Sin embargo, nunca dejamos de crecer en nuestra fe ¿verdad?
Obispo Vásquez: Sí, esto es muy triste para mí. Desafortunadamente, muchos ven a la confirmación como un sacramento de graduación. Puede que piensen, “tengo los tres sacramentos y no necesito preocuparme de nada más”. ¡Esto no es verdad!
Una vez que hemos sido confirmados, no sabemos inmediatamente todo lo que necesitamos saber. Nuestra fe es un proceso de toda la vida. La fe Católica se trata en verdad sobre el discipulado, lo que involucra aprender sobre nuestra fe y profundizar en nuestra fe cada día. El sacramento de la confirmación nos ayuda a fortalecer nuestra relación con Cristo y con la comunidad de fe.
Como el bautismo, el sacramento de la confirmación es dado sólo una vez en nuestra vida, eso significa que – por él – somos completamente cambiados. Se nos da esta marca indeleble, y somos sellados con el Espíritu Santo lo cual marca “nuestra pertenencia total a Cristo, nuestra puesta a su servicio para siempre” (CCC,1296). Este sacramento nos llama a vivir como Cristo cada día.
Editora: ¿Cuál es su oración por aquellos que serán confirmados en 2020?
Obispo Vásquez: Que todos seamos llenados con el amor de Dios y reconozcamos que somos hijos e hijas de un padre amoroso, que nos ha dado a su único Hijo para salvarnos. Que todos aquellos preparándose para la confirmación se abran a si mismos hacia el don del Espíritu Santo, que es el regalo de Dios para todos sus amados hijos.