Por Norma Montenegro Flynn y Shelley Metcalf
Cerca de 3,000 ministros líderes del ministerio hispano han regresado a sus parroquias y diócesis para compartir las ideas y los frutos de las conversaciones que se llevaron a cabo en el Quinto Encuentro Nacional en Grapevine a fines de septiembre.
La próxima fase en el proceso de varios años del Encuentro está enfocada en poner en práctica las lecciones aprendidas y dar frutos.
“Esto ha sido como un retiro, el mensaje que nos dieron al final es ‘us-tedes tienen al Espíritu Santo, tienen que llevárselo con ustedes y tienen que ser santos, produzcan frutos de amor,’” dijo la Hermana Maldonado, miembro de las Hermanas Domini-
canas de la Señora del Rosario de Fátima. Su orden está involucrada con el ministerio familiar sirviendo a parroquias en Maryland y Texas.
En los próximos meses, el equipo de liderazgo del Quinto Encuentro Nacional, o V Encuentro, distribuirá un documento concluyente enlistando las prioridades y problemas identificados a lo largo de 28 áreas ministeriales; el documento asistirá a diócesis, parroquias y estructuras nacionales en la redacción de sus propios planes pastorales de acuerdo a sus propias realidades y prioridades.
El equipo de acompañamiento del Encuentro, o ENAVE, planea conti-
nuar proveyendo apoyo y llevando un registro del progreso.
“Hemos logrados cosas que, de algunas maneras, nunca hubiéramos imaginado posibles,” dijo Ken Johnson-Mondragon, director de investigación del V Encuentro, a Catholic News Service. “Se han caído muros, la gente ha experimentado realmente el gozo del que el Papa Francisco habla”.
El V proceso del V Encuentro que comenzó hace cuatro años, ha ayudado a miles de líderes del ministerio hispano a involucrarse en diálogos llenos de fe entre ellos y a alcanzar a aquellos en la periferia. El Encuentro también ha promovido colaboraciones dentro y más allá de diócesis, lo que se conoce como ‘pastor en conjunto’ y ha ayudado a remover el miedo de “alzar la voz,” acercando a los participantes a sus pastores y obispos, agregó Johnson-Mondragon.
Luisa de Poo, directora asociada de Actividades Pro-Vida de la Diócesis de Austin, ayudó a liderar los esfuerzos del Encuentro para la Diócesis de Austin. Ella dijo que el proceso del Encuentro ha ayudado a las culturas a ver más allá de sus diferencias.
“Hemos trabajado duro para comunicar que este proceso era para toda la iglesia, no solo para hispanos. Hemos sido testigo de las comunidades hispanas y Anglo uniéndose por el bien mutuo,” dijo de Poo.
El V Encuentro identificó y preparó al menos 25,000 nuevo líderes minis-
teriales hispanos a lo largo del país, y aproximadamente un tercio de los líderes comprometidos fueron jóvenes y jóvenes adultos. Un estimado de 100,000 individuos participaron en el proceso y cerca de 150,000 fueron alcanzados en las periferias.
“Fue increíble ver el entusiasmo de la gente cuando escucharon el llamado de la iglesia y respondieron a ese llamado con corazones tan humildes,” dijo de Poo.
El proceso ha ayudado a los participantes de la comunidad hispana a sanar de las profundas heridas causadas por el rechazo y la segregación, dijo.
“Creo que este proceso ha ayudado a la comunidad hispana a tener espe-
ranza,” dijo de Poo.
Otra importante ganancia es que el V Encuentro ha capturado la atención y el apoyo de los obispos a nivel nacional. En la reunión, cerca de 125 obispos –– hispanos y no hispano — caminaron lado a lado con sus de-
legaciones diocesanas, y cerca de 160 de 178 diocesis Católicas Romanas y arquidiócesis en el país fueron representadas. El Obispo José Vásquez y el Obispo Auxiliar Daniel Garcia asistieron al V Encuentro. El Obispo Vásquez sirvió como líder episcopal para la Región X.
“Estuve muy contento de pasar
tiempo con nuestros delegados dio-
cesanos y con otros de alrededor del país. Hubo más de 3,000 parti-
cipantes lo que es un gran signo del testimonio de la fe de nuestra gente,” dijo el Obispo Vásquez. “Verdaderamente, el Espíritu Santo estuvo presente en y entre la gente, tal como el Espíritu Santo estuvo presente cuando nos reunimos en Austin para el Encuentro Diocesano. El V Encuentro es un signo de gran esperanza para nuestra Iglesia en los Estados Unidos”.
El Padre Jairo Sandoval, pastor de San José Parish en Austin, dijo que fue refrescante ver a obispos, sacerdotes y hermanos y hermanas religiosos disfrutando con los laicos.
“Los laicos mostraron que tienen las habilidades para ayudar a la iglesia a moverse en la dirección indicada por el Espíritu Santo. Los obispos estaban agradecidos por la ayuda vibrante y fiel que viene de las comunidades hispanas,” dijo el Padre Sandoval.
Las tres recomendaciones más importantes que surgieron del Encuentro son la necesidad de desarrollar planes pastorales para el ministerio hispano diseñadas de acuerdo a las necesidades de cada parroquia y diócesis; la necesidad de la comunidad parroquial para ayudar a fortalecer familias; y contratar a más jóvenes adultos hispanos en posiciones pagadas de liderazgo.
Las 28 áreas ministeriales abordadas por el V Encuentro incluyen aquellas que alcanzan a la juventud, jóvenes adultos, campus universitarios, inmigrantes, familias, personas con discapacidades, y a los encarcelados, así como ministerios en vocaciones, pro-vida, formación de la fe y catequesis, justicia y paz, e incluso cuidado del medio ambiente, entre otros.
Adriana Bañuelos, una joven adulto, delegada de Encuentro de St. William Parish en Round Rock, dijo que ella sintió el énfasis en los jóvenes adultos a lo largo del proceso del Encuentro.
“Los jóvenes adultos recibieron mucha atención, particularmente en el nivel nacional,” dijo. “Sentí como que nos estaban llamando por nuestro nombre”.
Sonia Vega-Perez, parroquiana de St. Monica Parish en Cameron y delegada del Encuentro, dijo que el proceso del Encuentro ayudó al equipo parroquial a darse cuenta de la importancia del involucramiento de la juventud.
“Nuestros jóvenes son la vida de nuestra parroquia,” dijo. “Incluir a nuestra juventud es vital para el crecimiento y el liderazgo de nuestra iglesia”.
Como un consejo por parte de la Hermana de la Misericordia, Ana María Pineda, que ha sido testigo de todos los Encuentros, es importante conectar los Encuentros previos con el actual, mientras seguimos enfocados en el trabajo del momento en medio de los retos que pueda presentar.
“Estamos siendo llamados a un momento muy especial y necesitamos hacer lo necesario para asegurarnos de que estamos del lado de los pobres, del lado de los que no se pueden proteger a si mismos,” dijo la Hermana Pineda.