Por el Diácono Guadalupe Rodríguez | Columnista Invitado
Hace dos mil años, el Espíritu Santo salió en busca de servidores (Actos 6:3) para ayudar a los apóstoles en el viñedo de Dios, y no es diferente hoy. Jesús está buscando hombres para que sean diáconos permanentes en nuestra iglesia.
Para los hombres que han consi-
derado ser diáconos, ahora es un buen momento para orar y meditar con la Escritura. Las “Normas Básicas para la Formación de Diáconos Permanentes” anima a los hombres a profundizar en su conocimiento de la palabra “para escuchar su llamado y experimentar su poder salvador”.
Mientras consideramos el llamado al diaconado, es también bueno pasar tiempo en adoración y en oración en silencio para escuchar el llamado del Espíritu Santo. Las normas básicas también animan a los hombres a buscar la intercesión de María, ya sea a través del rosario u otras oraciones.
Dios siempre está llamando hombres a las Órdenes Sagradas, pero ¿estamos escuchando con los oídos del corazón? ¿Se nos ha endurecido el corazón o se nos han enturbiado los ojos por otras búsquedas o riquezas que consideramos más importantes o necesarias que la santidad de Dios en nuestras vidas?
Mientras hablo con hombres de toda la diócesis sobre el diaconado, con frecuencia escucho “quiero concentrarme en mi carrera y en mis dones,” “cuando me retire, planeo escuchar este llamado pero ahora no es el tiempo correcto,” “quiero primero construir mi nido para poder estar asegurado cuando responda al llamado,” y “tengo niños pequeños”.
Cuando escucho estas respuestas, pienso en el Evangelio de Lucas cuando Jesús habló al joven rico, “vende todo lo que tienes y distribúyelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Entonces ven y sígueme”. Cuando el joven escuchó esto, se retiró triste por que tenía una gran fortuna.
¡El llamado al diaconado no es algo que nos deba entristecer! A los diáconos no se nos pide que renunciemos a nuestras posesiones. Nuestros dones humanos y talentos son nuestros más grandes tesoros y serán verdaderamente completos cuando los ofrezcamos en el servicio de Dios.
Como dicen las Normas Básicas, en lo que respecta al llamado de Dios siempre hay un “diálogo inexpresable entre Dios y los seres humanos, entre el amor de Dios que llama y la libertad de los individuos que le responden con amor.” Sí, Dios está llamando, pero también está dándonos la libertad de responder.
El seguir a Cristo es nuestra mayor esperanza y alegría, pero puede ser un reto si no confiamos en Él completamente. Pienso en José en medio de la noche, escapando a Egipto con María y Jesús tras la petición del ángel. Él había confiado completamente en el llamado de dios para su vida.
Cuando contestamos al llamado de Dios, el satisface todos nuestros deseos santos ¡Él completará nuestros sueños y aspiraciones de maneras en las que no podemos imaginarnos! Nuestra copa será llena, apretada y desbordante (Lc 6:38). Las Normas Básicas nos recuerdan que, “Es Él que los llama, los acompaña y quien moldea sus corazones para que puedan reconocer Su gracia y responder generosamente a ella”.
El tener niños pequeños no es un obstáculo para el llamado de Dios. Cuando restauraron el diaconado, los padres del Segundo Concilio Vaticano tuvieron la visión de diáconos permanentes con familias jóvenes. Las Normas Básicas dicen “ Cuando vivida en la fe, este servicio familiar es para el resto de los fieles, un ejemplo del amor de Cristo. El diácono casado debe usarlo como un estímulo de su diaconía en la Iglesia”. De la misma manera, “Diáconos casados deben sentirse especialmente obligados a dar testimonio claro de la santidad del matrimonio y la familia”.
Finalmente, invito a los hombres que puede que estén discerniendo el llamado al diaconado a que ¡actúen ahora! Como decía Santa Teresa de Calcuta, “Nunca dejen esperando a Dios”. Comiencen a orar ahora. Busquen la guía de su pastor, su esposa y/o su director espiritual ahora. Abran su corazón y sus ojos al amor de Dios y el hará obras maravillosas.
Hombres entre las edades de 30 y 59 años que se encuentren sintiendo el llamado de Dios a el diaconado permanente deben discutirlo con sus pastores y obtener su permiso para asistir (con su esposa, si son casados) a una de las siguientes sesiones informativas (ofrecidas en español e inglés):
Ene. 20 en el Centro Pastoral en Austin
Feb. 17 en St. Mary Parish en Brenham
Marzo 17 en Eagle’s Wings Retreat Center en Burnet
May 5 en el Centro Pastoral en Austin
Cada session (2-5 p.m.) explorará el diaconado, métodos de discernimiento, cualidades y características buscadas en quienes aplican, el viaje de formación, la participación de la esposa en la formación, y el proceso de aplicación. Para mayor información, llame al (512) 949-2459; correo electrónico diaconateformation@austindiocese.org; o visite www.austindiocese.org/diaconalformation.